Laringomalacia
¿Cuáles son los síntomas de la laringomalacia?
El síntoma principal de este trastorno es el estridor (respiración ruidosa) que se escucha la mayoría de las veces cuando un bebé inhala (inspiración). En general es más ruidoso cuando el bebé come o duerme. El estridor empeora si el bebé tiene una infección en las vías respiratorias altas. Cuando el estridor es grave, el bebé normalmente tendrá retracción de la piel, lo que se puede ver en el cuello justo arriba del esternón y justo debajo de las costillas.
Los bebés con laringomalacia moderada a grave con frecuencia tienen dificultad para coordinar la alimentación con la respiración, así que necesitan tomar descansos con frecuencia durante la alimentación. Esto puede resultar en tiempos de alimentación prolongados, lo que es frustrante tanto para el bebé como para la mamá. Algunas veces las dificultades de alimentación son tan graves que el bebé tiene problemas para subir de peso.
La laringomalacia moderada a grave puede resultar en dificultades para dormir y pausas en la respiración (episodios de apnea).
¿Cómo se diagnostica la laringomalacia?
Además de la historia clínica y un examen físico, normalmente se realiza una Nasofibroscopia en la clínica. Se pasa un tubo pequeño por la nariz y se utiliza para ver la laringe. Si existen dudas, se puede realizar una evaluación más detallada de las vías respiratorias en el quirófano (microlaringoscopia y broncoscopia). Algunas veces se recomendará un estudio del sueño (polisomnografía) para descartar apnea del sueño.
Tratamiento para la laringomalacia
En la mayoría de los casos, la laringomalacia se resuelve por sí sola, sin intervención médica. Si el bebé está teniendo estridor moderado a grave, y está teniendo dificultades con la alimentación o con el sueño, puede ser necesaria la cirugía.