Patología de tiroides. Tiroidectomía
Algunas masas tiroideas sólo requieren un examen físico y observación. Otras masas precisan de ecografía, biopsia por punción o cirugía. Entre el 4-7% de la población presenta un nódulo, siendo la patología más frecuente. Sin embargo, si hacemos una ecografía aumenta hasta un 20-76%, siendo más frecuente en mujeres y amentando con la edad. La mayoría se conocen como incidentalomas (nódulos tiroideos no palpables que se ponen de manifiesto durante el estudio de patología no tiroidea mediante pruebas de imagen), aunque hay que estudiarlos todos, ya que un 5% son malignos.
La tiroidectomía es la técnica quirúrgica mediante la cual se extirpa total o parcialmente la glándula tiroides. Puede ser parcial (en la que se extirpa sólo la mitad de la glándula) o total. En este último caso, será necesaria una medicación sustitutiva de forma continuada, para conservar la función que realizaba la glándula tiroides antes de la operación.
La intervención se realiza bajo anestesia general, a través de una incisión en el cuello, siguiendo un pliegue cutáneo natural para conseguir que la cicatriz sea lo más estética posible. En casos de malignidad hay que extirpar también los ganglios cervicales y puede ser necesario añadir algún tratamiento complementario tras la cirugía como la radioterapia o la quimioterapia. En el caso del hipertiroidismo la intervención quirúrgica permite reducir la actividad tiroidea normalizando así, los síntomas del paciente. Y en el caso de bocio, la cirugía mejora la estética cervical.